Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó,
no sólo los lechos donde estuviste echado,
mas también aquellos deseos que, por ti,
en miradas brillaron claramente
y en la voz se estremecieron — y que
un obstáculo fortuito los frustró.
Ahora que todo se halla en el pasado,
parece casi que a los deseos
aquellos te hubieras entregado — cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo en la voz por ti se estremecían, recuerda,
cuerpo.
Konstantinos Petrou Kavafis
Montse, está bien bonito, no sabía de este poeta, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarHasta pronto!
Hola Gloria. Lee Itaca, te gustará. Muchas gracias por venir.
ResponderEliminarUn abrazo grande, desde aquí hasta allá.
Montse, había perdido todos mis datos pero hoy te encontré y aquí me tienes. Lindo poema. Un abrazo
ResponderEliminarHola Martha! Sí estas cosas pasan por internet. Me alegro mucho de saber de ti. Muchas gracias por pasar. Sí, este poema me encantó y lo quise compartir.
ResponderEliminarUn abrazo!